La idea del mapa como piel y territorio, se entrelaza en la larga
historia de violencia colombiana, que a su vez se traduce en una
cartografía efímera y mutante. El territorio que históricamente ha sido
el gran botín de los que “mas pueden”, ha traído consigo muchos de los
fenómenos más abominables de la historia, acciones repugnantes como la
creación de ejércitos paramilitares asociados con el estado corrupto,
resultando en más de ocho millones de personas desplazadas, qué
deambulan perdidas en su propia patria como si nada les perteneciera.